ANDREA BOCELLI: UN ARTISTA ÍNTEGRO DEL BEL CANTO Y LA MÚSICA POP

ANDREA BOCELLI: UN ARTISTA ÍNTEGRO DEL BEL CANTO Y LA MÚSICA POP

“La historia de Bocelli como cantante lírico, intérprete del género pop y empresario de la música es interesante y, sin duda alguna, sirve de ejemplo a tantos cantantes talentosos que aún no han encontrado el modo de incursionar en el difícil camino del arte musical.”

 

Andrea Bocelli es actualmente tendencia entre los usuarios de YouTube, gracias a la nueva versión de Vivo Per Lei que realizó con la cantante colombiana Karol G.  Había hecho dúo, interpretando esta misma canción, con otras cantantes de otras nacionalidades, tales como: Susana Zabaleta, Yuri y María José (México), Marta Sánchez (España), Heather Headley (Trinidad y Tobago), Pía Toscano (Italia), Helene Fischer (Unión Soviética), Hélene Ségara (Francia), etc.

Andrea Bocelli nació en una población de la Toscana, Lajático.  Aunque escogió la abogacía como profesión (es egresado de la Universidad de Pisa) siempre supo que su futuro y prestigio estarían en el mundo de la música. 

La historia de Bocelli como cantante lírico, intérprete del género pop y empresario de la música es interesante y, sin duda alguna, sirve de ejemplo a tantos cantantes talentosos que aún no han encontrado el modo de incursionar en el difícil camino del arte musical.

Bocelli descubrió, desde muy joven, que era dueño de una voz excepcional y que dicho talento le serviría para formarse como cantante lírico. Franco Corelli fue su mentor.

Bocelli incursionó en la música pop, por casualidad.  Adelmo Fornaciari, Zucchero, que en los años 80 y 90 había obtenido varios éxitos en este género, decidió componer con Bono, el intérprete principal del grupo U2, una pieza musical que llevaba por título Miserere (¡Ten piedad!), una obra muy al estilo Zucchero, de corte pop, en la que el intérprete se autoproclama “peccatore dell’anno ottantamila” (pecador del año ochenta mil), repitiendo a su modo la letanía del Rey David al profeta Natán, que Allegri plasmó impecablemente, en su obra de género culto, Miserere, del siglo XVII.

Esta pieza musical exigía la participación de un cantante lírico en uno de los apartados de la composición. Fornaciari deseaba que fuera Luciano Pavarotti el cantante en ese coro, pero para convencerlo debía buscar un tenor que grabara su parte en un demo que Fornaciari le enviaría a Pavarotti, para persuadirlo de participar en esta composición. Andrea Bocelli, un joven tenor de 24 años fue seleccionado para seducir con su voz al gran tenor. Y   logró el cometido. Pavarotti quedó encantado con la composición, con su música, y con el joven músico. 

A partir de aquí se inicia toda la carrera exitosa de Andrea Bocelli, primero, acompañando en su gira a Zucchero Fornaciari, luego, participando en el concierto benéfico anual de gala de Pavarotti, que tenía una particularidad especial: combinaba la música clásica con la música pop. Más adelante, en 1994, participó en el Festival de San Remo con la canción Il Mare Calmo della Sera, con la que obtuvo el primer premio como figura revelación. En 1995 participó, en este mismo festival, con la canción Con te partiró, que le daría la fama y el reconocimiento a nivel mundial, y que le duplicó ganancias, después del dúo que hizo con Sarah Brightman.

A pesar de su éxito como cantante de música pop, nunca olvidó il bel canto, tampoco sus raíces. Fue el protagonista de La Bohéme en Cagliari. En Lajático, la ciudad donde nació hizo construir un inmenso anfiteatro que llamó Teatro del Silenzio, un escenario enclavado en la Toscana, donde cada año se reúne con sus pares, artistas venidos de todo el mundo, para celebrar un gran espectáculo al cual acuden italianos y espectadores de todo el continente europeo. 

A partir de aquí grabó numerosos álbumes de música clásica, ópera y música pop. Andrea Bocelli triunfó en los Premios Grammy en varias categorías, así: Mejor Artista Nuevo/1999, Mejor Interpretación Vocal Pop Masculina/2000, Mejor Colaboración Vocal de Pop/2020, Mejor Artista Nuevo/2000, Mejor Álbum Pop Vocal Tradicional/2017/2020). Ha grabado en varios idiomas y es conocido en la mayoría de los continentes.  Su magnífico concierto en Portofino, de agosto de 2012 (se puede ver por YouTube), con canciones como Champagne, Senza Fine, Perfidia, Quizás Quzás Quizás, Roma Nun Fa’ La Stupida Stasera, My Way, Era Giá Tutto Previsto, A Mano A Mano, etc. es prueba fehaciente de su gran versatilidad y talento como artista. Su música se escucha a lo largo y ancho de todo el planeta.  

Bocelli es el prototipo de artista integral: tiene un talento excepcional, ha sabido administrar su voz con disciplina, ese instrumento natural que le ha permitido ser cantante lírico, y, al mismo tiempo, cantante de música pop. Sus mánagers destacan su sensibilidad por la música pop, todas sus canciones tienen un alto componente emocional que su público ha sabido entender y disfrutar. Podría decirse que en su arte y oficio caben esos dos conceptos que Kant (a quien tanto admira Bocelli) inmortalizó en ese opúsculo que lleva por título Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime.

Bocelli no sólo es un gran profesional de la música, se ha rodeado de gente profesional que le ha permitido desarrollar su talento, continuar con su compromiso con la música clásica y el bel canto, incursionar en el mundo de la música pop (en el contexto de este siglo), aprendiendo a ser intérprete, productor y empresario a la vez, y a compartir su música con jóvenes y veteranos artistas.

Los dúos, bien lo sabe Bocelli, constituyen una nueva herramienta o estrategia, dentro de la industria musical, que les permite a los artistas llegar a todos los públicos de distintos orígenes, diferentes generaciones y de gustos e intereses distintos también.

Creo no equivocarme cuando afirmo que Bocelli nunca olvidó su llegada “por azar” al gran público de música pop, cuando un artista local, Zucchero, lo invitó a participar en un demo, para convencer al gran tenor Pavarotti de hacer parte de una composición que exigía la presencia de un cantante lírico. Fornaciari, sin proponérselo, se convirtió en la puerta de entrada al mundo de la música pop de Andrea Bocelli. Hoy, Bocelli, retribuye ese privilegio que por azar le concedió la vida, compartiendo su música y sus canciones con cantantes más jóvenes que él, de reconocida fama, como la de él, pero que pertenecen a un género musical en el que él, Bocelli, jamás pensó adentrarse como cantante e intérprete lírico. 

Es por ello por lo que resulta tan conmovedor el video de Fornaciari, interpretando Miserere, en el Festivalbar de 1993. En él aparece Bocelli, muy joven, a un costado del escenario, discretamente sentado frente a un pequeño piano, interpretando su parte en esa composición musical, ¡superbo!, pero, al mismo tiempo, ajeno a todo ese futuro brillante que le esperaba a la salida de este festival de la pequeña localidad de Ascoli Piceno.

Han pasado algo más de 30 años desde que esta escena ocurrió. 30 años que Bocelli supo aprovechar como nadie para llegar a ser lo que es hoy: un artista íntegro del bel canto y de la música pop, que se da el lujo de compartir escenario con cantantes de reconocida trayectoria, e, inclusive, con sus hijos Matteo y Virginia, dos talentosos artistas con un futuro promisorio como el de su padre.

 

Silvia Castillo. 

Cajita de música.

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