MARCENARO MUSIC: UNA EMPRESA MILLENNIAL PARA LOS MILLENNIALS

MARCENARO MUSIC:  UNA EMPRESA MILLENNIAL PARA LOS MILLENNIALS

 Marcenaro Music, Carlo Matteo no está solo. Su padre, Giancarlo Marcenaro Jiménez lo acompaña en calidad de experto y asesor jurídico. Giancarlo Marcenaro J. fue Director de la Dirección Nacional de Derechos de Autor por cerca de cuatro años.

Carlo Matteo Marcenaro Castillo, publicista egresado de la Universidad Sergio Arboleda, Máster en Creación Audiovisual de la Pontificia Universidad Javeriana, el fundador y CEO de Marcenaro Music, me ha invitado a colaborar en el blog de la página web de su empresa    http://www.marcenaromusic.com.

Para mí es un honor escribir en este espacio. Acepto con agrado y mucho orgullo la invitación que me ha hecho mi hijo, aunque debo aclarar que esta tarea representa un doble reto para mí. Primero, porque a mi hijo Carlo Matteo y a mí nos separan dos generaciones, al no ser hija de este tiempo no tengo la vivencia ni el conocimiento que, por el contrario, sí tiene la juventud de este tiempo acerca de la música. Es por esto por lo que podría equivocarme en los juicios que formule aquí. Y segundo, porque al no ser música ni tener ningún vínculo con el mundo de la música, podría no cumplir con las expectativas que mi hijo ha depositado en mí. Trataré en lo posible, y mientras pueda, de esforzarme por cumplir bien la tarea que me ha encomendado.

Hecha esta aclaración, quisiera explicar cuál será la forma de los escritos que publicaré en este espacio:

  1. Utilizaré un lenguaje sencillo. Entiendo que en estos tiempos que corren, la comunicación debe ser ágil, directa y precisa.
  2. Esta columna no pretende ser un espacio donde se desarrollen temas académicos, ni, mucho menos, donde se utilice un lenguaje poético o literario.

Los temas que aquí se tratarán estarán relacionados con el mundo de la música. Este blog llevará por nombre Cajita de Música, en alusión a ese regalo que todas las jóvenes de la generación de los Baby Boomers, a la cual pertenezco, recibimos al cumplir los 15 años. Las publicaciones que aquí se hagan serán quincenales.

 

¿CUÁNDO NACE MARCENARO MUSIC?

 

Marcenaro Music nace el 31 de julio de 1992. Es decir, el mismo día en que vio la luz Carlo Matteo Marcenaro C.

Carlo Matteo tuvo desde muy pequeño un talento especial por la música, el piano fue el instrumento que más llamó su atención.  Fue un niño sensible, cálido, cercano a todos, a quien le conmovían los problemas de los demás. El dolor de sus amigos lo convertía en su propio dolor, y, a partir de allí, buscaba el modo de removerlo, de luchar por encontrar las causas de esas circunstancias adversas, para borrarlas.

Alguna vez manifestó, muy convencido, que estudiaría abogacía, para defender los derechos de la gente. 

Pero un día cambió de opinión. Su talento por la música, que alguna vez compartió en algún escrito que hizo para el colegio, lo descubrió cuando fue a visitar a un amigo del colegio, a su casa, y descubrió un gran piano en la sala. A partir de allí se interesó por la música. Y, a partir de allí, si antes se pronunciaba contra las injusticias del mundo con discursos que él mismo hilvanaba con la coherencia natural de un niño, poco a poco, ese mismo discurso, lo fue cultivando y desarrollando a través de la letra de las canciones que él mismo componía.

Para nadie es un secreto que un artista (un poeta, un novelista, un pintor, un escultor, “o un músico”) debe ser en esencia un ser sensible, despierto y atento a las emociones, a los colores, a la luz, al movimiento, al misterio de la vida.

Alguna vez tuve la ocasión de hablar con un periodista y escritor. Le pregunté qué tipo de cosas o situaciones le conmovían, y a partir de qué situaciones escribía. Me respondió que, en esencia, él era un observador nato, a quien le conmovían las cosas simples, como, por ejemplo, el sonido que dejan las hojas al caer de los árboles o ese otro sonido particular que se escucha, cuando ya en el suelo, las hojas secas corren y se arrastran empujadas por el viento. ‘A partir de esa vivencia que tuve alguna vez -me dijo- escribí una crónica para el periódico en el cual trabajaba’.

Pues bien, mi hijo nació con ese don especial de los que oyen, ven y sienten todo lo que los demás no oyen, ni ven, ni sienten. Carlo Matteo es en esencia un artista, un ser sensible, un enamorado de la vida, que se conmueve con la emoción y los sentimientos de los que viven con él o de los que comparten a su lado algún instante de su vida, un hombre que se apasiona con el mundo del sonido, un amigo de las notas musicales y las escalas o los silencios compartidos, y todo lo que le permita crear composiciones con un lenguaje propio, universal y sin barreras.

El camino que recorrió Carlo Matteo para darle forma a su proyecto no fue fácil. Tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos. Uno de ellos fue su familia materna. Con su madre tuvo que sentarse muchas veces a hablar (tuvimos muchas conversaciones y varias discusiones), para convencerla, para persuadirla que la música era el mundo que él había escogido como profesión y oficio.

Mientras que su familia materna estaba compuesta por abogados, arquitectos e ingenieros y ningún músico, su familia paterna sí estaba familiarizada con la música. Su bisabuelo  había sido músico. El Maestro Giacomo Marcenaro Salvaneschi era un pianista italiano, de origen genovés por línea paterna, y polaco por el lado materno, que había estudiado en el Conservatorio de Milán y había venido a Colombia en una gira de conciertos. Llegó a Bogotá en 1928, acá conoció a quien sería después su esposa, tuvo tres hijos, y se estableció definitivamente en esta ciudad.

Al Maestro Marcenaro tuve ocasión de conocerlo personalmente, en sus últimos años de vida. A través de él pude comprobar cuáles eran esos rasgos especiales de la familia Marcenaro, comunes a todos los hijos, nietos y bisnietos. Los Marcenaro son esencialmente cálidos, serenos, muy sensibles, dulces, nobles de espíritu, y con una disposición natural para ayudar al prójimo. En resumen, tienen esa personalidad tan especial que distingue a la mayoría de los italianos. Años más tarde, cuando tuve la oportunidad de vivir en Roma, y recorrer la península, pude comprobar esto, con mis propios ojos.

No soy la indicada acá para hablar de la vida y obra del Maestro Giacomo Marcenaro S. Invitaremos a su nieto mayor, Giacomo Marcenaro Jiménez, melómano, experto conocedor de toda la historia de la música clásica, para que nos colabore en este blog y nos comparta, no sólo la vida y obra de su abuelo, el Maestro Giacomo Marcenaro S,, sino también, sus conocimientos sobre la música culta. 

Carlo Matteo trazó su plan de vida, solo. Alguna vez llegó del colegio y con mucha determinación nos dijo que deseaba matricularse en una academia que funcionaba en un edificio de la carrera 15 con calle 88, Quería aprender las nociones básicas de Sonido.  Transcurrieron varios meses antes de que pudiera hacerlo. No fue fácil convencernos de que la música era lo que le convenía. Allí aprendió a manejar los programas ableton protools y reason. Mientras tanto, empezó a ahorrar (de su mesada), y poco a poco fue organizando su home studio. Inicialmente fue un estudio sencillo. Ahora, convertido en un estudio profesional cuenta con las consolas y demás aparatos necesarios para trabajar en un estudio de grabación profesional.

La vocación de Matteo por el hip hop empezó, como él mismo contó alguna vez, por casualidad, en el colegio, en la ruta del bus que lo llevaba de regreso a casa. En esa ruta se escuchaban todos los días, las canciones de Gotas de Rap, Tres coronas, RH Klandestino y Asilo 38, que algunos de los niños llevaban en CD’s y aprovechaban para escuchar durante el recorrido.

El segundo obstáculo que Carlo Matteo debió remover en esta carrera relacionada con la música fue una fuerte resistencia hacia este género musical urbano que encontró en el mundo en general, y entre su familia. A todos nos costó acostumbrarnos a este tipo de música, más por ignorancia que por prejuicio.

Años más tarde me enteré, por mi propio hijo, que uno de los precursores de este género musical urbano había sido James Brown, un cantante de música soul de los años 60 y 70, que yo había admirado en mi juventud (junto a Joe Tex), y con cuya música había bailado en muchas de las fiestas que había organizado en mi casa. Got ants in my pants (Tengo hormigas en mis pantalones), o I Gotcha siempre estuvieron en la lista de mis canciones preferidas, y siempre sonaron en las reuniones y fiestas decembrinas de mi casa.

Como abogada, debo confesarlo, fue muy difícil entender la vocación de mi hijo.

“Operación Triunfo”, un concurso de jóvenes artistas españoles, que primero se transmitió por RTVE (en 2001 fue la primera edición), y que ahora se transmite por la plataforma PRIME, me permitió adentrarme en ese mundo desconocido y fascinante, de la música. Fue a través de este programa (de Gestmusic) que empecé a entender el mundo de la música, su dinámica y toda la industria que gira en torno a este oficio. Pero, quizás, lo más importante para mí, fue entender que la música es efectivamente una profesión, como cualquier otra, y que el talento musical, las composiciones y los artistas valen tanto, o más, que las demás profesiones y profesionales y expertos en todas las ramas de las ciencias y humanidades.

“Operación Triunfo” me permitió entender el mundo de la música. El profesionalismo, la disciplina, la entrega y la pasión que vi en cada uno de los profesores del programa y en los jóvenes artistas ávidos de conocimientos, me conmovieron y me hicieron ver que “la música” y la vocación de mi hijo eran cosa seria, y que ya no podría esgrimir ningún argumento en contra del proyecto de vida de Carlo Matteo.

Carlo Matteo estudió Publicidad Internacional en la Universidad Sergio Arboleda y luego hizo la Maestría en Creación Audiovisual en la Pontificia Universidad Javeriana. Su carrera y la maestría le han servido para complementar su vocación por la música. En todos estos años nunca ha cesado su pasión por el hip hop. Ha escrito varias canciones. Con frecuencia le digo que es un gran compositor. Sus canciones tienen ritmo, cadencia y la letra es un himno a la resistencia, a las injusticias, un canto a la vida.

De igual manera, ha incursionado en el mundo de la industria musical y se ha preparado para ello. Acaba de terminar un diplomado sobre Industria Musical en la Academia DNA y actualmente está inscrito a otro sobre el mismo tema en la Pontificia Universidad Javeriana.

Carlo Matteo le rinde culto al hip hop, conoce su historia de memoria, ha tenido la oportunidad de conocer a los principales grupos y cantantes colombianos de este género musical y es un defensor incondicional de todos sus artistas. En Nueva York, por ejemplo, nos invitó a todos a conocer el edificio icónico del barrio Morris Heights, ubicado en la Avenida 1520 Sedgwick,  en West Bronx, donde nació el hip hop, el 11 de agosto de 1973. En ese lugar se organizaron las primeras reuniones de músicos de este género.

De otra parte, Carlo Matteo ha organizado dos festivales y ha sido el ingeniero de sonido de algunos artistas de este género, en varios eventos. También ha sido artista y cantante en varios eventos y conciertos.

Su tesis de maestría consistió en una investigación sobre el hip hop, en Colombia y el mundo, y en un montaje (performance) en el que explicó la gestualidad y expresión corporal de los artistas de hip hop.

En el 2013, en España, tuvimos la ocasión de compartir, los dos, nuestros gustos musicales. Allí, hicimos un pacto muy particular: Carlo Matteo me acompañaría a un concierto de Raphael en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, y yo, unas semanas más tarde,  lo acompañaría a un concierto de Nach en el Teatro Principal de Alicante. Y así fue.

La música y los artistas excepcionales dignifican al espectador, elevan su espíritu y lo reconfortan. Estos conciertos fueron tan extraordinarios, que los dos, mi hijo y yo, salimos igual de exaltados y conmovidos, después de escuchar a Raphael en Madrid y a Nach en Alicante. Nunca supimos quién había hecho vibrar con mayor ímpetu nuestras almas, si Raphael durante todo su concierto y cuando interpretó una de sus canciones a cappella, delante de un auditorio colmado de fans suyas, o Nach, cuando cantó Ángel, esa bellísima composición dedicada a su hermana fallecida, y cuando declamó de modo magistral uno de sus poemas de su último álbum (“Mejor que el silencio”).

Carlo Matteo ha visitado Inglaterra en tres ocasiones, concretamente Brighton, Cambridge y Londres, con el objeto de estudiar y perfeccionar el inglés. Al final, en esos viajes, más que el idioma le atrajo toda la música que se respira a lo largo y ancho de todas las ciudades de Inglaterra. En Brighton, antes que dedicarse a repasar la lección del día, en las tardes y por la noche prefería recorrer sus calles y buscar, en los rincones más escondidos de esa ciudad, a los artistas y bandas musicales que espontáneamente y con un talento innato y excepcional se dedicaban a disfrutar y regocijarse con la música y a compartir ese alborozo con los peatones desprevenidos y todos los habitantes de la ciudad.

Como dato curioso, debo contar aquí que, los Marcenaro tienen también un vínculo bastante especial con Inglaterra. Según les contó a todos Fiorella Marcenaro, la hija más cercana del Maestro Marcenaro, la madre de su abuela (María Salvaneschi, quien se vio obligada, por órdenes de Mussolini, a italianizar su apellido Salvanescki, apenas se trasladó a Italia, como había hecho el resto de los extranjeros), era descendiente de una inglesa, que había nacido en el condado de Derbyshire. Los rastros de estas raíces se perdieron.

Inglaterra ha sido cuna no sólo de la mejor música de todos los tiempos (allí nacieron Los Beatles, la banda icónica de la generación de los Baby Boomers), sino la mejor escuela en materia de la industria musical y la industria del sonido. Como dato adicional interesante, una de las sonidistas inglesas más reconocidas fue Ann Delia Derbyshire (nacida en Coventry en 1937. Falleció en el 2001). Delia Derbyshire compuso la música de la famosa película Doctor Who (1963) y se destacó como música, compositora y fue experta en música electrónica.

Marcenaro Music se constituyó como empresa en enero de 2024. Es un sello discográfico que tiene entre sus objetivos principales asesorar y representar a los artistas en temas tales como la marca personal, la promoción y distribución de la música y el manejo de la imagen del artista.

La sede cuenta con un estudio profesional de grabación, mezcla y master de audio y un estudio de fotografía.

En Marcenaro Music, Carlo Matteo no está solo. Su padre, Giancarlo Marcenaro Jiménez lo acompaña en calidad de experto y asesor jurídico. Giancarlo Marcenaro J. fue Director de la Dirección Nacional de Derechos de Autor por cerca de cuatro años.

Una de las preocupaciones principales de Carlo Matteo ha sido apoyar a los artistas en la protección de sus derechos: este será uno de los objetivos principales de su empresa. En Marcenaro Music se prestarán servicios de asesoría legal y gestión en todo lo relacionado con la industria musical.

Le auguramos muchos éxitos a Marcenaro Music, una empresa millenial para la gente millenial y las generaciones venideras. Pero también para todas las que le precedieron . Estamos seguros que con el entusiasmo y disciplina de quien la preside, y de la mano de todos los artistas, Marcenaro Music no sólo se sumará al círculo de los que viven por y para la música, sino que será un punto de referencia y de apoyo en materia de la protección de los derechos del artista.

 

 

 

 

CAJITA DE MÚSICA

 

SILVIA CASTILLO MEDINA

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